Asturias ha ganado población en el transcurso de este 2024 y, según los datos más recientes del INE, a fecha 1 de octubre, el Principado contabilizaba 1.012.562 habitantes, lo que significa que la cifra ha crecido en el tercer trimestre de este año en 2.504 vecinos, a tenor de la Estadística Continua de Población (ECP).
Es más, echando la vista atrás, y pese a que en el primer trimestre de este año hubo un descenso de 445 personas, resulta relevante que la población de la región se ha incrementado en cerca de 6.000 habitantes en el último año y medio. En concreto, entre el 1 de abril de 2023 y el 1 de octubre de 2024, la cifra creció en 5.956 personas, lo que supone un aumento del 0,6 por ciento.
Este incremento en el número de habitantes permite a nuestra comunidad autónoma mantenerse por encima del millón de habitantes cuando la caída de la población que comenzó en 2008, aventuraba que el Principado podría bajar de esa cifra, con valor de barrera psicológica. La pregunta que surge teniendo en cuenta el crecimiento estimado del número de vecinos desde hace más de un año es: «¿Hay un cambio de tendencia en la demografía de la región?».
Lo primero que tienen en cuenta los expertos Jacobo Blanco, decano del Colegio de Sociólogos y Politólogos de Asturias, y Marta Ibáñez, profesora titular de Sociología de la Universidad de Oviedo, es que el crecimiento del número de habitantes de la región se debe a la llegada de población de fuera de nuestras fronteras, bien sea de personas procedentes de otras comunidades autónomas españolas y, sobre todo, de personas procedentes de otros países.
Es decir, que es la inmigración la que alimenta la población asturiana en tanto que el Principado, de por sí, tiene un saldo vegetativo negativo. Mientras que el número de nacimientos al cabo del año está en el entorno de los 4.600, el de fallecimientos supera los 13.000, lo que hace que se pierdan 8.500 habitantes al año.
Cifras oficiales de población del Principado de Asturias. Instituto Nacional de Estadística
Partiendo de esto, Jacobo Blanco ve difícil dar una respuesta categórica de si estamos o no ante un cambio de tendencia en la demografía de Asturias, y es que él mismo pone sobre la mesa la cuestión de si el aporte de personas que llegan de fuera de la región va a ser tan continuo como para compensar «el agujero demográfico» que tiene el Principado con un saldo vegetativo negativo tan elevado. «¿En qué medida va a mantenerse ese crecimiento de la población que apenas llega al 1%?», plantea el decano del Colegio de Sociólogos, que considera que «puede ser difícil mantener ese ritmo de forma indefinida».
Por su parte, Marta Ibáñez, profesora titular de Sociología de la Universidad de Oviedo, no es partidaria de hablar de un cambio de tendencia en la demografía de Asturias, y es que, aunque reconoce que hay «puntos de inflexión que hacen que la población crezca», matiza que «ha seguido aumentando la población mayor». Lo que apunta en este sentido es que sí que se retrasa en cierto modo el envejecimiento «porque los inmigrantes que entran están en las edades laborales centrales». Es decir, «entre los 35 y los 55 años, que es la edad en la que más se trabaja».
«Por tanto, hay buenas noticias, sí, pero no aumenta tanto la población, ese crecimiento no tiene la potencia de cambiar la pauta», considera la experta en Sociología, que también apostilla que, si bien «estos inmigrantes vienen con familias y aumenta el número de niños de entre 5 y 15 años», con la proporción de aumento «muchas escuelas no se van a abrir». Además, tiene en cuenta que «la gente en edad de tener hijos no se queda en la zona rural», que es el territorio más afectado por la pérdida de colegios o de unidades escolares.
Periodo de fuerte inmigración en toda España
Jacobo Blanco llama la atención sobre que «a nivel nacional estamos viviendo un periodo de fuerte inmigración, con un crecimiento de la población extranjera por encima del medio millón de habitantes», una novedad que, señala, «se extiende a toda España porque no hay ninguna provincia que no gane población inmigrante». Así, indica que lo que está sucediendo en Asturias de aumentar su población gracias a la inmigración «no es un fenómeno aislado», aunque sí tiene en cuenta que el Principado parte «de unos niveles muy bajos» de llegada de personas de fuera.
Las razones a las que alude para que se esté dando la tendencia de llegada de personas extranjeras, sobre todo de Colombia, Venezuela o Cuba, es que en su país de origen «la situación socioeconómica es muy delicada» y entienden que «el lugar de destino tiene mejores condiciones» a pesar de que es población se acaba empleando en puestos de baja cualificación, como pueden ser la construcción, el cuidado de personas mayores, la limpieza del hogar o la hostelería. De hecho, apostilla que en algunos de estos sectores se está viendo que está creciendo la afiliación.
Así, Jacobo Blanco liga que el crecimiento de la población se mantenga en el tiempo y que pueda llegar a ser una tendencia consolidada «al ciclo económico», de forma que precisa que «mientras que el ciclo económico español y asturiano sea bueno, seguirá habiendo aportes de inmigración». La parte positiva de la inmigración que está llegando al Principado, según añade, es que «viene gente joven en edad de tener hijos», lo que a su entender puede hacer «que no descienda el número de nacimientos».
A su vez, agrega, «también están llegando familias enteras que vienen con niños pequeños», menores que, a su entender, «contribuyen a regular la pirámide por abajo», un aspecto que considera «clave» porque «ayuda a rejuvenecer la población». Además, no obvia el carácter «ilusionante» que conlleva en tanto que «no hay que olvidar que toda la gente extranjera que llega, viene a cumplir el sueño español» de labrarse un futuro aquí. Para el decano del Colegio de Sociólogos de Asturias es importante que buena parte de las personas que llegan son de países latinoamericanas «que tienen la ventaja de compartir lengua, cultura e, incluso, religión, esto último en el sentido cultural más amplio».
Estabilización de la población de las comarcas mineras
La ventaja que Blanco ve que tiene Asturias para todas las personas que llegan de otros países con la idea de que «quieren salir adelante aquí» es que en el Principado «todavía se pueden encontrar vivienda relativamente barata». En este sentido, especifica que si bien en las grandes ciudades, como son Oviedo y Gijón, pueda ser más complicado encontrar una casa o un piso, la llegada de población de fuera de Asturias podría contribuir a estabilizar la población de las comarcas mineras porque en estas zonas que llevan años padeciendo la pérdida de habitantes la vivienda es más barata.
Otra idea de peso que coloca el experto en Sociología en la balanza a favor de que Asturias pueda seguir ganando población en los próximos años es «el estado de bienestar, con todos los defectos que pueda tener». Y es que señala, por ejemplo, que, si bien se puede considerar que hay defectos en la sanidad, «para quienes vienen de fuera, el derecho a la salud es un lujo».