«Llevamos años alzando la voz para pedir vías legales y seguras para las personas refugiadas. Existen, no una abstracción. Y hacerlas efectivas reduciría sensiblemente el sufrimiento asociado a la dureza y la peligrosidad de las rutas migratorias, que cada año se cobran miles de muertos y desaparecidos. Pero habilitarlas requiere de un compromiso con las personas que necesitan protección internacional». Scholastique Ndingandilim, que hace siete años se vio obligada a huir de la República Centroafricana «para salvar mi vida» y lleva desde entonces asentada en Gijón, fue la encargada de leer el manifiesto de la ONG Accem con motivo del Día de las Personas Refugiadas, en el que también se reclamó «reforzar el acceso al procedimiento de asilo».
En 2020 Accem atendió en Asturias a un total de 947 solicitantes o beneficiarios de protección internacional, una cifra inferior a la de 2019 (1.222) que la organización relaciona con que «el aumento de las medidas de control de fronteras por la covid-19 ha hecho aún más difícil el acceso a la protección internacional y el asilo», a pesar de que «los conflictos no cesan». El perfil mayoritario son varones (54,7%) de entre 18 y 34 años (41,5%). Y por nacionalidad destacan los procedentes de Colombia (311) y Venezuela (233), que representan entre ambos un 57,4% de las personas atendidas. El 42,5% restantes pertenecen a 48 nacionalidades distintas.
«Yo también le hubiera dado un abrazo a ese joven que llegó a las costas de Ceuta», señaló la alcaldesa de Gijón, Ana González, en referencia a la icónica imagen de una voluntaria de Cruz Roja consolando hace un mes a un inmigrante senegalés en la playa del Tarajal. «Fue un valiente que arriesgó mucho y debemos recibirles con los brazos abiertos», señaló la regidora, quien lamentó que «haya gente que culpe de todos los males a quienes solo buscan poder vivir en paz y libertad».
En el acto se descubrió un cuadro donado a Accem por el pintor Julio Magdalena, fallecido en diciembre y del que la ONG destacó sus «grandes valores humanos».