Son 2.758. La mayoría, 2.437, llegaron a Asturias solicitando protección internacional. Las otras 321 personas lo hicieron con una petición de protección temporal reservada a los refugiados de Ucrania. Sus historias tienen un inicio y nudo muy dispares, pero el desenlace ha sido el mismo: llegaron a Asturias en 2023 como refugiados huyendo de los conflictos en sus países de origen.
Una cifra al alza, con el máximo histórico registrado el año pasado. Desde la creación de la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) nunca antes habían llegado 163.220 solicitudes de protección internacional en España. Supone un incremento del 37% respecto a 2022. Además de estas peticiones, se registraron 33.928 solicitudes de Protección Temporal, una figura jurídica que la Unión Europea puso en marcha para dar acogida a las personas que huyen de Ucrania, que sigue siendo atacada a diario por Rusia.
En nombre de todas las personas que llevan la etiqueta de ´refugiado´ habló Scholastique Armande Ndingandilim Koualaou ayer en la Junta General del Principado. Lo hizo la refugiada en el acto oficial del Día Mundial del Refugiado que acogió el Parlamento asturiano. Juan Cofiño y Delia Losa, presidente de la Junta y delegada del Gobierno, respectivamente, presidieron una jornada en la que la soprano Ana María Peinado puso la música y el codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, Jesús A. Núñez, la letra. Habló él de ´La atención a las personas refugiadas: una prioridad ética, jurídica y política´.
Todo para subrayar, como explicó Javier Mahía, responsable territorial de Accem Asturias, el momento especialmente complicado en el que viven los refugiados, «en un contexto global cada vez más convulso» que «está provocando grandes movimientos de personas que huyen de situaciones de conflicto, persecución o inestabilidad social y política».
Una efervescencia de conflictos que choca, según alertó Mahía, «con el retroceso en materia de asilo en el seno de la Unión Europea, con políticas como el pacto de Migración y Asilo o las propuestas dirigidas a externalizar la gestión migratoria a terceros países». Para Accem, la única solución es «promoverla cultura de la paz como única vía posible para consolidar y avanzar en materia de derechos humanos».
Una paz que llega tarde para los 2.758 refugiados en Asturias durante el año pasado. Explicó el responsable de Accem en Asturias que la entidad atendió a 1.650 personas y que la radiografía de las solicitudes muestra una mayoría de hombres, 52% y tiene como principales países de origen a Ucrania, Colombia, Venezuela, Perú, Marruecos, Malí, Siria y Rusia.
Mahía destacó el aumento de peticiones de ayuda a España en 2023, «lo que nos sitúa como el tercer país receptor de peticiones de protección internacional en la Unión Europea, por detrás de Alemania y Francia».
Critica él que el pacto comunitario «no recoge la histórica demanda de vías legales y seguras, para erradicar las redes de tráfico de personas». Y lamenta que el acuerdo «incluya privación de libertad de hasta seis meses» mientras se resuelve la petición.